Deviniendo Tato

Con textos de Eduardo Tato Pavlovsky. De Rodrigo Cárdenas y Gabriela Villalonga

Una obra sobre Eduardo Tato Pavlovsky que por primera vez aborda su faceta y trabajo como Psicoterapeuta Grupal y Psicodramatista. Maximiliano Sarramone compone en este unipersonal a siete pacientes y al mismo Pavlovsky.

Deviniendo Tato vuelve, ahora por cuatro únicas funciones, al mítico teatro Payró con una propuesta participativa pos función (opcional) desde el cuerpo y la palabra, coordinada por Carolina Pavlovsky.

La obra “Deviniendo Tato” se crea a partir de textos dramáticos, artículos y anécdotas de Eduardo Tato Pavlovsky. También situaciones de sesiones de psicodrama evocadas y recreadas por los autores de la obra que fueron pacientes de Tato durante varios años. Deviniendo Tato es un reconocimiento – homenaje a todo lo vivido y trabajado con Tato en sus sesiones grupales. 

A modo de patchwork, se ligan estos elementos heterogéneos que componen escenas, a medida que surgen líneas de sentido. Los fragmentos de obras de Tato Pavlovsky están en la pieza “Deviniendo Tato” desterritorializados de las obras originales del autor. Es así, que ligados unos a otros, y con frases de artículos y anécdotas, resultan reterritorializados en las escenas de Deviniendo Tato.

Temporada porteña 2023
Cuándo: viernes de octubre a las 20h-
Teatro: Payró
Dirección: San Martín 766
Entrada: $3000/ estud y jub $2000
Encontrá y seguí a Deviniendo Tato en las redes:
Instagram @deviniendotato

Sinopsis

Es un unipersonal evocativo de Eduardo Tato Pavlovsky y de lo que ha representado y representa en la actualidad. El actor Maximiliano Sarramone interpreta a Tato y se multiplica en varios de los pacientes de la sesión ficcionada.

La acción transcurre en una sesión de terapia psicodramática a cargo del actor dramaturgo y terapeuta, creador del psicodrama en Latinoamérica, Eduardo “Tato” Pavlovsky. Es la evocación de dos ex pacientes suyos: Rodrigo Cárdenas y Gabriela Villalonga, ambos dramaturgos de la obra. Es una versión subjetiva de una sesión terapeútica y su experiencia como pacientes de Pavlovsky. 

Los pacientes son seis, sentados en ronda de almohadones, en lo que sería, en los recuerdos de Cárdenas y Villalonga, el consultorio de Tato.

En este ámbito se desarrollan situaciones dramáticas a partir de las discrepancias de los diferentes pacientes intervinientes. Desde sus vivencias, expresan divergencias. Desde el momento que el terapeuta interviene con una propuesta que es una ejercitación, se presentan, a modo de resistencias a la tarea propuesta, diferentes oposiciones de parte de varios de los pacientes. El terapeuta explica, insiste y hasta confronta con integrantes del grupo. Estos acceden al desarrollo de una “multiplicación dramática”, dispositivo creado por Tato, Kesselman y Frydlewsky.

A partir de ese momento, el grupo accede a otro nivel de compromiso en la sesión. Se abordan padecimientos personales en relación a la vejez, los cuerpos y sus afecciones. También el miedo a la muerte. Es entonces que todos, dirigidos por Pavlovsky, dramatizan la operación de una paciente del grupo que afrontará una cirugía a corazón abierto. 

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Ficha artístico técnica:

Autores: Gabriela Villalonga y Rodrigo Cárdenas.  Con textos de Eduardo Tato Pavlovsky
Actúa: Maximiliano Sarramone
Música: Martín Pavlovsky
Asistencia de dirección: Malala Emanuele / Diseño y entrenamiento del lenguaje corporal: Silvia Spinelli /Diseño de luces: Gabriel Virtuoso / Vestuario y escenografía: Virginia De Los Santos / Diseño gráfico: Malala Emanuele   / Fotografía: Gabriel Insaurralde / Prensa & Difusión: Daniel Franco / Producción Ejecutiva: Fabiana Maneiro /
Dirección: Gabriela Villalonga

Sobre la Puesta en escena

En escena se recrea el consultorio de Tato Pavlovsky. Una alfombra donde se distribuyen en círculo siete almohadones, uno para cada paciente y otro para el terapeuta. 

Los personajes que son los pacientes intervinientes en la sesión grupal, tanto como el terapeuta de la misma, son interpretados por un solo actor. En escena, cambia de lugar para encarnar a su tiempo, a cada uno de los personajes que habitan la escena en simultáneo. 

Durante las dramatizaciones en dicha sesión psicodramática, la música y el movimiento de la luz, nos dan cuenta del carácter onírico de las escenas. Como en una ensoñación, recreamos momentos vividos en sesiones, reflexiones, intervenciones tanto verbales como en acto, de Eduardo Pavlovsky.

El vestuario es una camisa y un pantalón, ambas prendas holgadas, similar a las que usaba Tato en la década del noventa durante las sesiones.

En la obra «Deviniendo Tato» tanto el personaje del terapeuta como el de cada uno de los pacientes,  están descalzos,  en medias. Tal como se estila durante una sesión grupal de psicodrama.

Hay momentos en los que el actor sale a proscenio, fuera del ámbito escenográfico descrito anteriormente como consultorio. En esta ruptura de la cuarta pared, el actor interactúa con el público a modo del personaje interpretado por Pavlovsky en “Rojos Globos Rojos”, “La muerte de Marguerite Duras” y «Variaciones Meyerhold».

Es en estos momentos de interacción con el público, que el actor, deja de interpretar a Pavlovsky y hace uno de sus pacientes, comparte con el público vivencias en relación al terapeuta y explica el fenómeno a partir de las intervenciones de Tato como su analista: el modo en que ha internalizado este pensamiento, al punto de considerarlo un constante acompañante interno. 

El personaje, paciente de Tato durante varios años, narra en primera persona, situaciones en las que Tato intervino. Desde señalamientos, gestos y acciones que fueron muy significativas para la reparación y elaboración psíquica de dicho paciente  y de muchos otros asistentes a las sesiones de psicodrama de Eduardo Pavlovsky.

Dijo la prensa

Un homenaje inmenso al Tato Pavlovsky psicodramatista, desde la mirada de sus pacientes, lo fantástico es que la obra utiliza textos de obras de pavlovski, como “Potestad”, “Señor Galíndez”, “Textos balbuceantes” entre otros. Aparece todo su pensamiento a través de una excelente actuación de Maxi Sarramone, no solo sobre el teatro, sino también sobre la sociedad y el psicodrama. Por favor no se lo pierdan.

Jorge Dubatti en “Que vuelvan las ideas”, AM 750

Una obra imperdible. Bajo la dirección precisa de Gabriela Villalonga, Maximiliano Sarramone con maestría va y viene de un personaje a otro, logrando que lxs espectadorxs imaginen a cada uno de los personajes que habitan la escena en simultáneo. El texto trabajado de manera poética, con teatralidad y solidez sorprende, tanto como las sesiones de Pavlovsky sorprendían a sus pacientes en grupo.

Facundo Soto – Buenos Aires inclusiva.

Minimalismo en la escena, expresionismo en la interpretación. El trabajo de Maximiliano Sarramone crea vínculos de ternura donde el patetismo aparece sin que eso convierta a la intervención en una situación violenta. El carácter unipersonal de la obra subraya por oposición: que no existe un drama que sea de uno solo y que no existen roles fijos ni definitivos. Para una muestra de psicodrama en escena Deviniendo Tato es la mejor opción.

Andrés Manrique. Agencia de noticias redacción

Un notable actor como Maximiliano Sarramone tiene la ductilidad de representar a siete pacientes y al terapeuta, cada historia singular es rizomática, se subjetiviza en múltiples interpretaciones y lecturas donde se hace comparecer lo imaginario, la creatividad, lo lúdico y el cuerpo. La obra es también un homenaje a Tato por su transmisión y compromiso ético político”.

Nora Merlín, Psicoanalista y escritora

Gracias a la puesta y dirección de Gabriela Villalonga, con la inmejorable actuación de Maxi Sarramone, este unipersonal que centra a Tato Pavlovsky como personaje principal, nos llenará de emoción. Un sentido homenaje a Pavlovsky a seis años de su muerte.

María Riccheri. Periódico El Duende

Entrevista de Laura Gómez a Gabriela Villalonga y Maximiliano Sarramone publicada en Página 12

https://www.pagina12.com.ar/335015-deviniendo-tato-la-multiplicidad-en-escena

Deviniendo Tato es una propuesta artística que busca mostrar, desde la experiencia personal y la vivencia, cómo eran y se vivían esas míticas sesiones de psicodrama para aquellos que tuvieron la oportunidad de vivirlas. 

Federico Irazabal, La Nación, Sección espectáculos

En Deviniendo Tato también se puede vivenciar algo de lo terapéutico. ¿Cómo es para quienes nunca se animaron a la terapia grupal participar de estas experiencias? ¿Qué podría llegar a sentir una persona si un grupo de desconocidos empezara a escenificar su problema de trabajo, su vínculo de pareja o su miedo a la muerte?  “Romper la versión narcisista con múltiples versiones”, dice el Tato Pavlovsky personaje, pero también es una concreta descripción del psicodrama. En escena, aparecen distintos almohadones que representan cada personaje, todos los zapatos a un costado de la alfombra y el actor que será todos ellos y, con un gran despliegue físico y emocional, tratará de recrear aquellas versiones. Un procedimiento que en psicodrama se conoce como “multiplicación dramática”. ¿Qué interpretaciones físicas y escénicas pueden hacer los demás de cada una de nuestras angustias? Animarse al psicodrama implica un ejercicio de valentía, en el sentido de atreverse a vencer el miedo.

Mercedes Méndez, La Agenda Buenos Aires

“La luz se enciende y aparece un escenario casi despojado, sólo la sugerencia de los personajes en cada almohadón y el despliegue corporal descomunal de Maxi Sarramone para habitarlos a cada uno de ellos, incluido el gran Tato, hacen la magia… El texto preciso, la dirección cuidada hacen de esta una obra excelente”.

Marcela Casabella, Radio Conexión Abierta

“La recreación de una sesión de psicodrama es la excusa argumental para homenajear a Tato Pavlovsky a partir de fragmentos de sus textos, de anécdotas, de la evocación de su pensamiento sobre el paso del tiempo, los miedos, el cuerpo, el amor, la muerte. Una experiencia maravillosa para los espectadores y espectadoras que, de la mano de Maxi Sarramone, se sumergen en el ejercicio, profundamente placentero y emotivo, de organizar las piezas de este rompecabezas lúdico y poético”.

Silvina Díaz Orban, investigadora teatral e integrante de los jurados de los premios Teatro del Mundo y Luisa Vehil

“Nunca creí que Tato podía morir, dice Maxi Sarramone a través de una de las tantas caras que asume en el unipersonal multiplicado. En esa confesión concentra todo lo que la obra despliega en acciones, la omnipresencia de Tato Pavlovsky en las pulsaciones de cada uno de los convidades a sus tertulias de psicodrama, nunca mejor llamadas míticas, la puesta escena de un semidios derramando el fuego de estar vivo”.

Leni González, crítica teatral

“La obra Deviniendo Tato es -primero- un homenaje. Se crea a partir de textos dramáticos, artículos y anécdotas de Eduardo Tato Pavlovsky, así como de situaciones de sesiones de psicodrama evocadas y recreadas por los autores de la obra (que fueron pacientes de Tato durante varios años). Pero también bosqueja de una visión interesante sobre la práctica del psicodrama como forma de terapia grupal”.

Carla Bleitz, de Cultura sin spoilers

“…Un sólo actor, Maximiliano Sarramone, tiene el desafío de lograr todo esto y si no fuera por su versatilidad, el propio Tato le pediría que se vaya y deje su lugar a otro. Claramente no es el caso. Porque no sólo ocupa el lugar de esos ocho almohadones de manera eficiente, sino que también deja que aparezcan otros personajes surgidos del pasado que nos acerca cada vez más y más al homenajeado. Un unipersonal de múltiples personajes es una jugada que puede resultar una experiencia esquizofrénica para el público o una obra en la que habitaron muchas personas en una sola sin que logre darse cuenta. Gracias al talento del actor y la dirección de Gabriela Villalonga nos encontramos en ésta última opción”.

Sergio Misuraca para La letra tal vez

Calificación: Muy Buena 

…”Deviniendo Tato es una gran obra-homenaje a Pavlovsky. No sólo es un reconocimiento a su agilidad cultural y a su lucha por defender el arte independiente, sino también por el deseo colectivo de vivir mejor. De eso se trató toda su vida…(…) Esta pieza teatral rinde un justo homenaje a la obra y vida de Tato Pavlovsky. Para quienes no conocían su legado, es una invitación a leer sus textos y ver sus distintas obras que hasta hoy siguen en cartelera regularmente. Para quienes lo conocemos, es un abrazo a lo más profundo de su alma. Erizar la piel y estallar de la risa en la angustia era una capacidad que tenía él en sus sesiones: hoy se logra en esta obra”.

Julieta Luna y Carlos Mareco, para Periodismo de Izquierda

(…) Maximiliano Sarramone, es el encargado de representar los distintos personajes: es el terapeuta y sus pacientes en una muestra de la enorme ductilidad de quien recorre el escenario asumiendo los diferentes roles alternativamente. (…) La intertextualidad es otro de los pilares de Deviniendo Tato porque se incluyen fragmentos de textos del autor. Además, se ponen en escena conceptos y dispositivos que él usó durante su práctica terapéutica y artística: “resonancia”, “multiplicación dramática”; y “rizoma” y “ritornello” de Gilles Deleuze y Félix Guattari…

Adriana Santacruz para Medium.com/Leedor