“Deambular por mi ciudad Buenos Aires es siempre mi tarea de artista. Encontrar imágenes, esa geografía desde el sesgo blanco y celeste mi propósito. Salir a documentar fotográficamente los diversos barrios porteños. Plasmar en imágenes su geografía y con ello seleccionar como en el volumen anterior lo más representativo. Un proyecto en continuidad. Un libro de imágenes en tiempo real.

Buenos Aires cambia y sus cambios se verán en este otro libro como un capítulo abierto al futuro, al devenir de la ciudad.

Pienso que quien circula o transita por ella, la visita o la recorre, podrá comprender este amor que profeso por este sitio donde nací, me crié y elijo para vivir y trabajar”.

Nora Iniesta

“Muchas veces pareciera no haber razones para combinar el celeste y blanco. Tal vez sea el azar o el inconsciente, aunque nadie puede dudar de que la historia y el simbolismo se filtran por todas partes.

Nora Iniesta rastrea entre paisajes y detalles, mira el cielo y baja a la tierra, busca entre la arquitectura, las pintadas de las calle, la gente. Se podría decir que es un juego, y más allá de que seguramente lo lúdico está presente, hay otra cosa, porque para ella también es una sensación de pertenencia, un reconocimiento de lo propio. Y a pesar de tanto trabajar con esos colores, ella misma se vuelve a sorprender con otra conexión impensable.

Esas miradas hablan de lo cotidiano. Darnos cuenta de que estamos rodeados de celeste y blanco, que se nos impregnó más allá de lo que vemos, que sentimos cierta afinidad con esos colores, y que nos relacionamos con ellos de otra forma, por el afecto, por empatía, por sentirlos nuestros.

Pero no solo se trata de revelar lo que en ocasiones, por tenerlo naturalizado, no vemos sino además de trazar un mapa, de proponer recorridos por la ciudad, de invitar a que nos sumerjamos en la posibilidad de ir a buscar. O al menos saber que allí estuvieron, que ese mapa fue trazado en un momento y que aunque ahora se transformó, persiste de alguna manera en el recuerdo y, también, en el devenir.

Y no se trata de cualquier lugar, se trata de Buenos Aires, una ciudad donde confluyen diferentes vivencias, distintas miradas, en la que sin embargo entre la multiplicidad, los colores están latentes, nos están hablando de algo.

Cuánto hay de nacionalismo en esto. Seguramente mucho, pero tal vez no sea lo más importante a la hora de encantarse con ese recorte celeste y blanco, porque lo que está en juego no hace falta explicitarlo, es tan propio como el imaginario, como los sentimientos.“La Patria se revela sin buscarla…”, dice Iniesta, y sigue recorriendo las calles, sabiendo que allí está, que solo hay que mirar.

Hoy es un día nublado, es raro, alguien diría que es un día gris. Sin embargo, lo sabemos celeste y blanco”.

Fernando Farina, Buenos Aires, Enero 2017.
Presidente de la Asociación Argentina de Críticos de Arte

“Dicen que la ciudad se expresa en cada ventana. Y que la mejor manera de conocerla es caminar sus calles mirando hacia arriba, buscando historias en cada balcón: los hay despojados, desangelados, desnudos, con macetas que aún esperan su primavera.

Y están los otros, los que dejan ver la vida les pasa por dentro. “Por los balcones se saben las intenciones”, decían las abuelas. Y regaban semillas”.

Adriana Baccaro